Hay varios peligros en las reuniones: no hacerlas o hacer demasiadas;
hacerlas muy cortas o muy largas; hablar de nada o hablar de todo. Como en casi
todos los aspectos de un negocio, encontrar el equilibrio adecuado es un arte
que se perfecciona con el tiempo, y las reuniones de trabajo son clave para
mantener a un equipo concentrado y dirigido hacia un mismo objetivo.
Recuerda
que el tiempo es valioso para nuestro negocio, y hacer una reunión también tiene
un costo ¿Cómo saber si tu reunión está siendo productiva? ¿Convocas a las
personas correctas? ¿Estás haciendo una buena inversión? Checa estos 5 consejos
y haz que tu tiempo de trabajo sea de valor.
1. Reúne a quien lo necesita
Hay
ocasiones en las que las reuniones se convierten en una excusa para socializar
o para opinar sobre todos los aspectos de un negocio. Si quieres una reunión
efectiva, asegúrate de convocar solamente a aquellos que realmente
tienen el poder de decidir sobre los asuntos que se vayan a tratar.
2. Decide y comunica el objetivo de la reunión con suficiente antelación
Ya sea una
reunión programada o de seguimiento, es bueno centrar los temas
principales y saber de antemano los puntos a tratar. Haz esto de forma
breve y clara. Es muy importante decir explícitamente cuál es el objetivo
principal de la reunión, ya sea “elegir nuestro proveedor de contenidos
digitales” o “revisar el estado de nuestros equipos de trabajo”. Esto muestra
gran profesionalidad, además de respeto por el tiempo de las personas que van a
llevar a cabo la reunión. Permite, además, que los asistentes preparen con
tiempo información adicional si es que fuera necesario..
3. Permite que los asistentes den información de antemano
Si estamos
reuniendo a las personas clave y hemos centrado los temas a tratar, ya no
tendrás espectadores pasivos en tu reunión. Da la oportunidad de que los
asistentes envíen por e-mail puntos adicionales que deseen tratar relacionados
con el tema de la reunión o documentación clave que aporte valor. El objetivo
es implicar a los asistentes días antes de que la reunión tenga lugar.
De este modo no se toman decisiones precipitadas, sino que todo el mundo ha
tenido oportunidad de reflexionar, aportar la información necesaria y discutir
en sus equipos los puntos relevantes.
4. Mantente enfocado
Con esta
preparación, las personas llegarán a la reunión muy mentalizadas y listas para
cumplir objetivos. Aun así, es muy normal que durante una reunión surja la
distracción y pasemos del plan de ventas al estado de nuestros equipos
informáticos o a la escasa calidad de la máquina de café. No dudes en
reconducir, mantener la reunión en los puntos clave y tomar notas sobre temas
que pudieran solucionarse en otro contexto o futuras reuniones. Poco a
poco tu equipo irá acostumbrándose a reuniones cortas y efectivas, y sentirá
que son herramientas que ayudan a mejorar el trabajo, en lugar de ralentizarlo.
5. Agradece e informa
Las
personas clave han estado presentes. Estaban informadas de los temas a tratar.
Han aportado valor a la reunión, quizá incluso por adelantado. Es hora de
cerrar la reunión agradeciendo su labor en informar y tomar decisiones y
mandar un acta o e-mail en el que se concreten
los puntos clave a modo resumen para mayor claridad. Es
importante cerrar bien y reconocer que el objetivo de la reunión se ha
cumplido, así como dejar por escrito los compromisos y decisiones adquiridos.
En resumen, las
reuniones de trabajo han de tener un propósito. Éste debe ser conocido por
todos los asistentes, y se debe animar la preparación de antemano. Las personas
valiosas quieren estar trabajando, sacando adelante proyectos y solucionando
problemas. Las personas realmente motivadas no quieren estar en una sala
esperando a que otro termine de hablar sobre un tema que casi no le afecta. Organiza
así tus reuniones, y verás cómo sube el entusiasmo y la productividad de tu
negocio.
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