miércoles, 23 de septiembre de 2015

Las 10 frases que no debes decir en el trabajo

¿Te has puesto a pensar cómo perjudica tu vida laboral lo que hablas en la oficina? Bien dicen que el pez por su boca muere; y en el trabajo, no hay dicho mejor aplicado. Es cierto que un profesionista es valorado por sus capacidades, su instinto de desarrollo, liderazgo y otros atributos con los que deben contar. Pero eso no es todo, en el ambiente laboral, lo que dices, puede ser usado en tu contra. 
Expertos aseguran que entre las causas más comunes para generar un mal ambiente laboral están las siguientes: 
• Crisis de identidad derivada por distintos factores como cambios en la dirección de la empresa o fusión con otra compañía. Esto perjudica a nivel gerencial y de nómina. 
• Ausencia de un autentico líder. Es uno de los males más comunes, cuando no existe un guía, el ambiente laboral se convierte en una dinámica imperativo, yo te digo qué hay que hacer y tú lo haces. 
• Falta de identificación con la empresa por parte de los equipos de trabajo. 
• Falta de objetivos definidos en las organizaciones.
Esto deja, por consecuencia, un mal sabor de boca para los profesionistas o colaboradores. Es entonces cuando se da pie a habladurías y mala actitud en la oficina.
Ante la importancia de cuidar lo que dices, pues en las oficinas siempre hay alguien que escucha, algunos especialistas aseguran que estas frases nunca debes decirlas ni en horario de trabajo ni con compañeros, pues no sólo podrían perjudicar tu reputación, sino podrían ser el pretexto perfecto para despedirte. 
1. No tengo tiempo para hacerlo
Todos sabemos que el trabajo y la vida personal demandan tiempo, espacio y esfuerzo, sin embargo, también debes cuidar tus perspectivas hacia un futuro, no te indicamos que es bueno decir a todo que se puede, existirán factores que no podrás realizar y, en esos casos, lo mejor es decir la verdad. Lo que debes evitar es ser negativo y trata de ser accesible, si tienes tiempo y puedes hacerlo ¡hazlo!
2. Me estresa trabajar aquí
Esto aplica en el trabajo y en cualquier red social, evita ser negativo en tu trabajo, si esta actitud domina tu rutina, quiere decir que debes actuar al respecto, evita generar negatividad con tus compañeros y jefes. 
3. Ese no es mi trabajo
No limites tu carrera profesional, crecer también involucra comenzar a realizar tareas que antes no hacías y demostrar que sí puedes hacerlas. 

4. ¿Por qué yo?
No estás hablando con tus padres, este tipo de frases sólo denotan una actitud infantil y poco profesionalismo. Evita, a toda costa, decirlas. 
5. No le digas a nadie, pero…
Crear un ambiente de chismes y habladurías no sólo perjudica tu reputación sino crea un ambiente tenso en la oficina. Si no tienes nada bueno que decir, mejor no hables. 
6. Tengo años trabajando y no he tenido un aumento
¿Lo has solicitado? ¿Has hecho lo necesario por obtenerlo? Antes de hablar hay que ver tus acciones, no quiere decir que no lo merezcas o que pedirlo y que no te lo otorguen esté bien, sin embargo, eso no te ayudará a conseguirlo, si crees que tu trabajo no está valorado, toma en cuenta otras opciones.
7. ¿De qué religión eres?
Muchos aseguran que en la familia y en el trabajo ni de religión ni de política. Puede ser un tema que toques con las personas de tu confianza, sin embargo, hablar de preferencias religiosas, políticas o sexuales puede ocasionar problemas de identidad o convivencia. 
8. Eso no puede hacerse o es muy complicado
En una empresa estás para brindar soluciones y recuerda, siempre las hay. Demuestra que eres todo un profesionista. 
9. No sé qué pudo salir mal, siempre lo hemos hecho así
Mal, evita decir esta frase, sólo demuestra lo poco creativo e innovador que eres. Recuerda que siempre hay nuevas formas para hacer las cosas, investiga, indaga y ejecuta. 
10. Podría ser que…

Expertos aseguran que estas frases pueden demostrar inseguridad, si estás seguro evita decir que no lo estás. Esta es una mejor solución, En lo personal esto es mejor opción. 


Fuente: http://www.altonivel.com.mx/38010-10-frases-que-no-debes-decir-en-el-trabajo.html

jueves, 17 de septiembre de 2015

10 tips para mantener la concentración


Exámenes, redacción de informes, resolver problemas laborales… Muchas de nuestras actividades diarias requieren una buena dosis de concentración, y es que además ésta capacidad es muy importante en relación 
al aprendizaje y la memoria. Sin embargo, la dificultad para resistir las distracciones o de mantener un buen nivel de atención durante tiempos largos son dos quejas más que frecuentes entre la gente. Aquí te pasamos algunos trucos para ayudarte a concentrarte mejor:

1.    Usa tu metacognición. Aprender cómo funciona la atención en general, los distractores que más te afectan a ti, cuando empiezas a fatigarte, son aspectos fundamentales que te ayudarán a gestionar mejor tus recursos atencionales.

2.    Haz descansos periódicos y mejor en entornos naturales.
 Diversos estudios como el  realizado por Marc G. Berman y sus colaboradores de la Universidad de Michigan en 2008 han mostrado el poder de los ambientes naturales como los bosques y parques para reducir la fatiga atencional. Así que, busca un parquecito y date un pequeño paseo cada dos horas aproximadamente.

3.    Entrena tus capacidades cognitivas. Cada vez son más las publicaciones científicas que dicen que mejorar las capacidades mentales es algo posible. Jolles y sus colaboradores publicaron en 2013 que el entrenamiento en memoria de trabajo promovía cambios en la conectividad entre estructuras de la red fronto-parietal del cerebro, implicada en el procesamiento de la atención. Así, los programas de entrenamiento online podrían suponer una opción más innovadora y divertida que te permite ejercitar tus capacidades de concentración donde quiera que estés.

4.    Modifica tu entorno. Es muy recomendable que elimines de tu entorno la mayor cantidad de distractores posibles. La televisión, gente hablando, música de tu grupo favorito captarán tu atención impidiendo que la dediques a la tarea importante. También es importante que estés cómodo, así que no olvides controlar la temperatura de la habitación, usa una silla cómoda, etc.

5.    Practica la meditación. En 2007 un equipo de investigadores liderados por Yi-Yuan Tang, describieron en un artículo publicado en la revista científica PNAS que entrenar 20 minutos al día durante cinco días era suficiente para mejorar el rendimiento en un test de atención, además de reducir la ansiedad y la fatiga ¡Que no te de pena!

6.    Usa estrategias para controlar tus pensamientos.
Si ves que te distraes y estás pensando en otra cosa, repítete una frase ‘reorientadora’. Decirse a sí mismo palabras como ‘Concéntrate’, o ‘Vuelve al estudio’ te ayudarán a parar el pensamiento y volver a centrarte en el contenido de lo que estás haciendo.

7.    Juega a videojuegos. ¿Quién dijo que ser divertido no es importante? En un estudio ya clásico de la Universidad de Rochester (Nueva York) publicado en Nature, se observa que aquellas personas que jugaron a videojuegos de acción mejoraban su atención selectiva visual, eran capaces de atender a más estímulos y eran más eficientes en la forma de usar sus recursos atencionales.

8.    Cambia de contenidos. Esto evitará que te aburras haciendo todo el día lo mismo. Alterna materias o tareas y también su grado de dificultad, o el tipo de estrategias de aprendizaje que debes poner en marcha. Si evitas saturarte mantendrás la motivación.

9.    Organízate para controlar la ansiedad. A veces tenemos tantas cosas que hacer que no sabemos por dónde empezar, y cuando nos ponemos, nos invaden pensamientos y preocupaciones sobre lo que todavía nos queda por hacer. Una buena estrategia para evitar esos pensamientos distractores es organizar las actividades diarias y mantener un horario, ello facilitará que nos centremos cada momento en la tarea que nos toca realizar.

10.    Haz ejercicio físico. Todo un cuerpo de publicaciones apunta en la dirección de que el ejercicio físico mejora el rendimiento cognitivo. Michele T. Tine y Allison G. Butler publicaron en 2012 un artículo en la revista Experimental Educational Psychology en el que demostraron que el ejercicio aeróbico breve (12 minutos) mejoró la capacidad de atención selectiva en un grupo de niños.

Sabemos que la tarea es dura, así que no olvides reforzarte por el esfuerzo. Eso sí, es importante que al premiarte, lo hagas por haber cumplido un objetivo concreto. Por ejemplo, si te apetece levantarte ‘a ir por el cafecito”, hazlo cuando hayas completado una parte de tu trabajo, pero no por dejarlo a medias. Así el premio te sabrá mejor ¡Inténtalo! Y compártenos tus experiencias.

Fuente: http://goo.gl/TLutfy

miércoles, 9 de septiembre de 2015

¿Cuántas horas de estudio son necesarias?



Suele ser frecuente preguntarse cuántas horas de estudio son necesarias al día por término medio.

Antes que nada haya que recordar que para los estudiantes estudiar es un trabajo de dedicación a tiempo completo. En los países atrasados donde no hay colegios u otros recursos educativos los niños empiezan a trabajar a edades muy tempranas (antes de los 9 años) y su jornada de trabajo en duras faenas agrícolas o de otro tipo es de sol a sol.

Si estás estudiando debes tener muy claro que tu máxima prioridad son tus estudios y tu compromiso es trabajar con ello a jornada completa. Es también importante que si compatibilizas estudio con trabajo (en estudios superiores es posible) o tienes actividades extraescolares (deporte, etc.) el estudio es tu ocupación y obligación central.



¿Cuánto tiempo es necesario dedicar al estudio?

Una reciente encuesta en Chronicle of Higher Education sugería que los estudiantes no estudian sufsuficiente. ¿Y cuánto es suficiente? La respuesta dependerá del tipo de estudios, la edad y el rendimiento del estudiante, etc.

Pero si asumes que los estudios es una profesión a tiempo completo, entonces deberías pasar unas 40 horas a la semana dedicado a ello entre clase y estudio. Como mínimo pues los estudiantes deberían calcular la diferencia entre 40 horas menos las horas reales de clase. Si por ejemplo se siguieran 30 horas de clase a la semana habría que dedicar un mínimo de 40-30= 10 horas de estudio. Esto bajo el supuesto de que el rendimiento en las clases fuera óptimo.

Administrar tus horas de estudio bien

Tan importante como la cantidad de horas es la calidad de las mismas. Para rendir al máximo debes por ejemplo haber retenido al máximo las explicaciones de clase tomando buenos apuntes, tener estos y todos tus materiales de estudio ordenados y al día, estudiar en un sitio adecuado que te permita la concentración, tener un elevada motivación que te haga rendir al máximo cada minuto, emplear técnicas de estudio adecuadas (repasos programados, técnicas de lectura rápida, etc. etc. ).

No a la dilaciones

Parte de horarios de estudio ya planificados y atente con fuerza a ellos. No a las dilaciones. Las dilaciones se disfrazan de mil maneras:
  • "Un día más no importa, empezaré mañana"
  • "No importa si empiezo unos minutos tarde, nadie es puntual"
  • "Trabajo mejor bajo presión."
  • "Sólo veré la TV un cuarto de hora más"
  • Rellena tu propia excusa favorita:"____________________."
Algunos consejos para estudiar con eficiencia en las horas de estudio

Siete consejos que te serán muy útiles a la hora de sacar rendimiento a las horas de estudio
  1. Evita las dilaciones y retrasos.
  2. Registra la actividad de cada hora. Toma conciencia de lo que te hace perder el tiempo.
  3. Disela tu plan de horario para el estudio
  4. Establece con claridad tus máximas prioridades
  5. Controlar tu estudio midiendo tu rendimiento y progreso y reprogramando tus necesidades de estudio.
  6. Fíjate objetivos alcanzables que te motiven
  7. Intenta pensar en positivo e ir construyendo nuevos hábitos sobre los logros que vayas alcanzando.
Fuente: http://como-estudiar.estudiantes.info/2008/03/cuntas-horas-de-estudio-son-necesarias.html

jueves, 3 de septiembre de 2015

Título es igual a un mejor sueldo


A mayor formación y respaldo académico, más ventajas laborales. En México, esa consigna podría estar rezagada, pues el desempleo afecta, en un porcentaje importante a la población preparada. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el desempleo en personas con educación media superior y superior avanzó de 33 a 35% del 2008 al 2010.
Es común escuchar sobre la necesidad de obtener un certificado que avale los estudios profesionales realizados, pero en México, 60% de los profesionistas no cuenta con el respaldo académico que actualmente requiere el mercado laboral, sólo 22% tiene un título profesional, 13% una certificación de carrera técnica, y únicamente 6% comprueba el desarrollo de un posgrado.
Esas cifras son el resultado del sondeo "Motivaciones del Mexicano en el Trabajo", realizado por la firma de soluciones de recursos humanos, Randstad, a 2,500 postulantes que acudieron a sus oficinas para solicitar una vacante. Los mexicanos "no han dado la importancia necesaria al tema de querer concluir o demostrar algún grado académico", refiere la encuesta.
Obtener un título es, para muchos reclutadores, sinónimo de una persona que le gusta avanzar y no dejar "a medias" su formación. Además, en el país contar con este papel es una forma de sobrevivir a la agresividad del mercado, aunque en el ámbito laboral no siempre se ve así, y se considere que los puestos son cuestión de buenas recomendaciones, menciona la pedagoga por la Universidad del Valle de México, Lilia Soria.
De acuerdo con estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las personas con titulación universitaria perciben salarios al menos 25% superiores a los de quienes sólo concluyeron la secundaria. La tasa de desempleo de quienes finalizan estudios universitarios es siete puntos porcentuales menor que aquellos que no pasan el ciclo de secundaria.
En el país, sin embargo, alrededor del 42% de los jóvenes que hacen una carrera universitaria nunca se titula, con ese porcentaje, el país ocupa el cuarto lugar respecto a regiones donde sus estudiantes abandonan la obtención del grado académico, señala el organismo internacional. Un egresado tarda, en promedio, de seis a 18 años en obtener esa certificación de sus conocimientos, estima la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).
La pedagoga detalla que los egresados y empleados experimentados se enfrentan al fenómeno de la contratación precaria. Se preparan, dice, por varios años, buscan un título y después se percatan que alguien con menor formación académica recibe igual o mayor aportación económica. Titularse, sin embargo, refleja actitud y deseo de mantenerse preparado, y eso es un aspecto importante para los empleadores, puntualiza Maricarmen Balcarcel, directora de Capital Humano de Randstad México.
Quedarse rezagado en la titulación tiene sus implicaciones, pero afortunadamente existen instituciones que se preocupan por aumentar el porcentaje de titulados en nuestro país, una de ellas es CONAIP que respalda a todos aquellas personas que por algún motivo no pudieron titularse y los ayuda con programas académicos que los preparan para un examen único para obtener su cédula. Checa más información en: www.conaip.com.mx
Fuente: http://goo.gl/taq72b