La matemática es quizás una de las materias que tiene un alto índice de
reprobación en cualquier parte del mundo, y es que no es porque sea una
asignatura muy complicada sino que no sabemos cómo acercarnos a ella.
Aquí te dejamos algunos tips con los que estudiar para que ese examen de
algebra, aritmética o trigonometría sea pan comido:
1. Concentración en clase. Cuando el profesor explica
matemática, intenta transmitir un concepto que es abstracto. Nuestra
concentración debe estar al máximo, puesto que son los temas más complicados
para asimilar. Prestar atención no es mirar al frente y escuchar callado las
palabras del docente, es entender lo que él nos está tratando de explicar.
2. Practicar. Para mejorar, la mejor manera
es hacer muchos ejercicios. Y cuando decimos muchos, no decimos tres o cuatro.
Tal vez tengamos que hacer veinte, treinta o incluso más. Pasarse algunas horas
en esto se reflejará en lo rápido que termines una prueba.
3. Profunda concentración al
estudiar matemática. No es lo mismo que estudiar historia. Los textos se pueden leer como
leemos una novela o el diario. Pero la nomenclatura matemática se lee a otra
velocidad, más lenta por supuesto. Recordemos el objetivo, no es “cubrir” todo
el texto, sino entenderlo. Y si lleva más tiempo habrá que aceptarlo.
4. Estudiar la teoría. Acá es donde muchos
estudiantes fallan. Leen la teoría y tratan de asimilarla al ir resolviendo
ejercicios. Pero muchas veces, cuando nos explican axiomas o teoremas, es
necesario estudiarlos y memorizarlos. Prueben hacer eso la próxima vez que
estudien matemática y se sorprenderán con la agilidad que resolverán los
ejercicios.
5. Llevar la materia al día. Más que con cualquier otra
asignatura. Es muy probable que si perdemos el ritmo de la clase, ya no podamos
entender más nada. Por eso, para evitar este gran problema, es preferible
dedicar un rato todos los días a la materia. Y sí, reconozcámoslo, muchas veces
ese “rato” son unas cuantas horas.
6. Arrancar resolviendo lo más
fácil. Siempre
es conveniente resolver aquellos problemas más simples, por más tontos que
parezcan. En los libros aparecen siempre ejemplos explicados en detalle, se los
puede aprovechar para dar inicio la serie de ejercicios.
7. Llevar adelante una forma
organizada de resolver las guías de ejercicios. Lee detenidamente e
identifica qué es lo que te están pidiendo y cuál es tu resultado objetivo.
Seguir cada uno de esos pasos ayuda muchísimo al estudio de asignaturas como
matemática.
8. Consultar en clase. Los libros de matemática
suelen ser muy fríos y rígidos. En muchas ocasiones vas a encontrar que la
nomenclatura del manual no coincide con la que te enseñaron en clase. Entonces,
no hay que esperar, es preferible consultar las dudas con los docentes, que
tendrán más facilidad para explicarte el tema y podrán responder una duda de
forma directa, cosa que un libro jamás podrá hacer.
9. Estudiar en grupo. No será una reunión tan
participativa como cuando se estudia alguna asignatura de ciencias sociales
donde todos deben opinar, pero puede resultar útil igualmente. Un compañero
puede llegar a explicar tan bien, o incluso mejor que un profesor. Pero claro,
hay que mantener cierto orden para que la concentración se mantenga al máximo.
10. Repasar las bases. Algunos estudiantes traen un mal nivel de matemáticas del nivel
primario o secundario. Eso hace imposible aprender conceptos más difíciles. Si
ese es tu caso, no hay que tener vergüenza en buscar algún manual de niveles
iniciales y estudiar nuevamente los temas. Mientras mejores bases tengas te
será más fácil aproximarte a otros temas.